En el día más romántico en la vida de una diosa, en el que brotan el olor de las flores y la luz de las velas, en el que une su vida a la persona que ama y con quién quiere despertar cada mañana de ahí en adelante, al quitarse su vestido de novia, entra en su lencería delicada, dulce e idílica para continuar el ritual de aquel día y las siguientes noches.
La seguridad y la seducción propia de esta mujer se abraza a las  prendas íntimas cargadas de emociones y arte, para cautivarse a sí misma y a su compañero de vida.